Que ver y hacer en Santorini | Cosas que visitar por libre
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Más que una isla, es un cúmulo de emociones, un lienzo donde la naturaleza y la mano del hombre han pintado un paisaje de ensueño, impregnado de una atmósfera nostálgica y poética que cautiva a todo aquel que la visita. Sus playas, de arena negra o roja, ofrecen un contraste fascinante con el blanco de los pueblos. Sus yacimientos arqueológicos, como Akrotiri, una ciudad minoica sepultada por la erupción volcánica, nos permiten vislumbrar el pasado glorioso de la isla.
El origen de Santorini es tan dramático como su belleza. Una erupción volcánica cataclísmica, alrededor del siglo XVI a.C., dio forma al archipiélago que conocemos hoy, dejando tras de sí una caldera inundada por el mar, imponentes acantilados multicolores y una tierra fértil donde prosperan los viñedos que producen el famoso vino Vinsanto. Esta historia geológica, palpable en cada estrato de roca, añade una dimensión profunda a la experiencia de la isla.

1. Oia: Magia al Amanecer y Atardecer
Recorre las icónicas calles de Oia temprano (6-8 AM) para disfrutar su belleza sin multitudes, con vistas espectaculares a la caldera. Es el lugar perfecto para tus fotos de Instagram. Recuerda ser respetuoso: no invadas propiedades privadas ni uses drones sin permiso. Después de las fotos, repón energías con un delicioso gyro o relájate en una piscina infinity con vistas. Por la tarde, el atardecer desde el Castillo de Oia es legendario, aunque muy concurrido: llega al menos una hora antes para un buen sitio.
2. Puerto de Amoudi: Un Rincón Marinero
Si esperas el atardecer en Oia, desciende al Puerto de Amoudi (en coche o por 300 escalones). Este pequeño puerto, reconstruido tras el volcán de 1956, conserva un encanto pesquero. Aquí puedes bañarte, hacer snorkel, disfrutar un atardecer más tranquilo y saborear pulpo secado al sol en sus tabernas. Importante: Evita usar los burros para subir, contribuye al turismo responsable.
3. Trekking de Fira a Oia: Vistas de Ensueño
Una de las mejores experiencias: el trekking de 10 km de Fira a Oia. Al amanecer, esta caminata de 3-4 horas por el borde de la caldera te regala vistas espectaculares y encuentros con encantadoras iglesias de cúpulas azules. Lleva calzado cómodo, gorra y agua. Para volver a Fira, el autobús desde la estación de Oia es práctico y económico.
4. Imerovigli: Serenidad en la Cima
La tranquila aldea de Imerovigli, cerca de Firostefani, es otro punto clave. Ubicada en uno de los puntos más altos de la isla, ofrece vistas increíbles de la caldera y el Egeo. Recorre sus callejuelas blancas con calma y admira la preciosa Iglesia de la Resurrección del Señor, un icono sobre el acantilado.
5. Subir a la Roca Skaros: Aventura y Paisaje
Desde Imerovigli, camina hasta la impresionante iglesia Ekklisia Theoskepasti, oculta tras la imponente roca Skaros (formación volcánica). Este sendero de 1 hora y media es ideal al atardecer o amanecer. Puedes subir por escaleras a las rocas o rodearlas por un sendero apto para todos, ¡ambas vistas merecen la pena!
6. Firostefani: La Postal Clásica
Entre Imerovigli y Fira, Firostefani es famoso por sus vistas al volcán y ser un punto con alojamientos más asequibles. Desde su mirador, conseguirás una de las fotos más icónicas de Santorini: la iglesia de las 3 campanas con la caldera de fondo. Después, cena en la Taverna Romantica o Simos Taverna.
7. Fira: El Corazón Vibrante de la Isla
Fira, la capital, es un pueblo imprescindible. Te recomendamos llegar desde Firostefani caminando por el borde de la caldera, disfrutando de vistas impresionantes. En Fira, sus calles bullen de restaurantes, tiendas de lujo, souvenirs y hoteles con piscinas infinitas. Visita la Catedral Ortodoxa Metropolitana (frescos), la Catedral Católica, y los museos Prehistórico y Arqueológico. Para comer, prueba Cacio E Pepe o Falafeland, y por la noche, sumérgete en su animada vida nocturna.
8. Bajar al Puerto Viejo de Fira: Un Paseo con Historia
Desciende los 587 escalones que conectan Fira con su Puerto Viejo, deleitándote con las vistas. Abajo, pasea junto a las barcas, observa el ir y venir de embarcaciones y prueba pescado o marisco fresco con una cerveza artesanal Donkey en restaurantes como Lombranos. Para subir, el teleférico es la mejor opción (unos 6€). Recuerda: Evita usar los burros.
9. Pyrgos: La Antigua Capital con Vistas Panorámicas
Alquila un coche o moto para explorar el interior, empezando por Pyrgos, la antigua capital y uno de los puntos más altos. Esta aldea tranquila te permite conocer la vida local mientras te pierdes por sus calles empedradas hasta las ruinas del castillo, con vistas increíbles de toda la isla y atardeceres mágicos. Si prefieres un tour organizado, hay opciones con guía en español.
10. Megalochori: El Encanto Menos Turístico
A solo 2 km de Pyrgos, Megalochori es otro pueblo hermoso y menos concurrido. Para evitar multas, usa los parkings señalizados a la entrada. Una vez allí, pasea por sus calles hasta la iglesia Agii Anargiri y su distintiva torre del campanario en forma de arco. Un remanso de paz para tu aventura en Santorini.
Los pueblos de Santorini
Los pueblos de Santorini, encaramados en lo alto de los acantilados, son un laberinto de callejuelas empedradas, casas encaladas que brillan bajo el sol mediterráneo y cúpulas azules que se funden con el cielo. Oia, la joya de la corona, es famosa por sus impresionantes puestas de sol, que tiñen el cielo de tonalidades rojizas, anaranjadas y violetas, creando un espectáculo mágico que congrega a multitudes cada tarde. Fira, la capital, vibra con una energía cosmopolita, con sus tiendas, restaurantes y bares que ofrecen vistas panorámicas al mar. Imerovigli, conocida como el “balcón del Egeo”, ofrece una serenidad incomparable y vistas privilegiadas de la caldera. Cada pueblo, con su propia personalidad, contribuye a la rica paleta de experiencias que ofrece Santorini.
Un viaje a través de los sentidos
Recorrer Santorini es un viaje a través de los sentidos. El aroma de las buganvillas que trepan por las paredes, el sabor del vino Vinsanto dulce y aromático, el sonido de las olas que rompen contra los acantilados, la textura rugosa de la piedra volcánica bajo los pies y, sobre todo, la visión del paisaje único que se abre ante los ojos, componen una sinfonía de sensaciones que se graban en la memoria.
Más allá de la postal
Santorini es mucho más que la imagen icónica de las casas blancas y el mar azul. Es una isla con una rica historia, una cultura vibrante y una gastronomía deliciosa. Sus viñedos, cultivados en suelos volcánicos, producen vinos únicos con denominación de origen protegida. Sus playas, de arena negra o roja, ofrecen un contraste fascinante con el blanco de los pueblos. Sus yacimientos arqueológicos, como Akrotiri, una ciudad minoica sepultada por la erupción volcánica, nos permiten vislumbrar el pasado glorioso de la isla.
Un refugio para el alma
Santorini, con su atmósfera tranquila y su belleza sobrecogedora, invita a la contemplación y a la desconexión. Es un lugar donde el tiempo parece detenerse, donde los problemas se diluyen en el horizonte y donde el alma encuentra un refugio. Es un destino que evoca la nostalgia por un pasado idealizado, un lugar donde los sueños se hacen realidad y los recuerdos perduran para siempre.
Un legado que perdura
Santorini no es solo un destino turístico, es un legado cultural y natural que debemos preservar. Su belleza frágil nos recuerda la fuerza de la naturaleza y la importancia de vivir en armonía con ella. Visitar Santorini es una experiencia transformadora, un encuentro con la belleza en su estado más puro, un viaje que nos conecta con nuestra propia esencia y nos deja una huella imborrable en el corazón.
Llegamos al final de este recorrido, pero las ganas de viajar nunca se acaban ¿dónde te llevará tu próximo boleto? Quizás a Rodas – Creta – Cefalonia – Corfú – Atenas
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